Y sólo sé que no fui yo la que rompió la puerta al paraíso,
-un trago de hiel,
dos tragos de celos,
un trozo de silencio guardado en la camisa.-
Marioneta sin dueño quiso ser mi sombra
encontrar un culpable en otro cielo,
fingir tener hilos de acero rodeando mi cintura,
correr con pies –de otro- ligeros.
Y sólo sé que no fue mi palabra la que trastornó al océano,
-ni mi equivocada idea de que la verdad redime-
19 de agosto de 2008
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